Desarmando al crítico interno

Muchos de nuestros proyectos de creación de la realidad no llegan a manifestarse. Nos preguntamos porqué. La mayoría de las veces somos nosotros mismos quienes impedimos que el deseo se convierta en logro. Por supuesto, no es algo que hagamos consciente ni intencionalmente, sino que sucede en un plano profundo de nuestra conciencia, actuando de manera sutil pero persistente. Una de las fuerzas internas que puede determinar el fracaso de un proyecto de creación es la voz del crítico interno.

El crítico es esa parte de nosotros mismos que insiste en que hacemos las cosas mal, que podemos fallar, que siempre nos comportamos estúpidamente, que somos feos, y cantidad de disparates semejantes. Muchos afirmarán que la voz del crítico se siembra en la infancia, de la mano de un padre sobre exigente o un hermano celoso. Mas allá de lo interesantes que pueden resultar estos análisis, creo que lo importante es aprender a identificar esa voz y cancelarla.

Aquí van algunos trucos para empezar nuestro entrenamiento en este tema:

1. Atención.

Para atrapar al critico hay que estar muy atentos. ¿Atentos a que? Al diálogo interno. Diálogo interno es ese pequeño monólogo que transcurre dentro de nuestra cabeza mientras transitamos la vida. Debemos concentrarnos, al menos durante un tiempo, al comienzo, en prestar atención a esa voz interna.

2. Palabras Clave.

El vocabulario del critico suele ser estrecho. No por un problema de falta de términos (suele ser muy erudito y argumentativo), sino porque elige especialmente aquellas palabras que sabe que nos van a herir. Sus preferidas son: "siempre (como en "siempre terminas dejándote engañar"), "nunca" (como en "nunca haces nada bien"), frases que diagnostican estupidez o impericia, fealdad o falta de voluntad; en general son aquellas cosas que mas nos dolería escuchar si nos la dijera una persona querida. Pero...quien necesita enemigos cuando tiene un crítico interno fuerte y vociferante!

3. Momentos pico.

El crítico está siempre despierto y activo (excepto, por supuesto, cuando meditamos), pero hay momentos en los que se entusiasma y expresa con mayor nitidez. Esos momentos pueden convertirse en pesadillas, o en grandes oportunidades de atraparlo!Presta atención a lo que te dices a ti mismo en los siguientes momentos:- cuando te presentan gente nueva (y estás pendiente de tu imagen).- cuando estás acercándote a alguien que te atrae.- situaciones en las que has cometido errores.- situaciones en las que estás sintiéndote atacado.- interacciones con figuras de autoridad.- situaciones de conflicto interpersonal.- situaciones en donde se puede lograr un gran éxito pero también hay riesgo de fallar.- conversaciones con parientes.- conversaciones con personas con las que sientes desaprobación.

4. Lleva un registro.

Al crítico lo desmorona el hecho de ser observado. Siente que eso lo despoja de su rol. Si mantienes un registro de lo que te dice durante una semana, notarás inmediatamente una disminución de sus ataques. Debes hacer esto sin ánimo de torturarte con tus resultados porque le estarías haciendo el juego al crítico (y dando argumentos para que siga atacando). Simplemente rastrea esas voces y regístralas objetivamente, sin analizarlas. Ya llegará el tiempo de hacer algo con esa información.

5. Análisis posterior.

El análisis posterior quizás requiera la asistencia de otra persona, pero puedes comenzar tu auto análisis identificando a que categoría pertenece cada ataque.

Todas las frases que te dice el crítico interno responden a una de dos categorías:

  • o pretenden forzarte a hacer algo (o no hacerlo).
  • o pretenden forzarte a no sentir algo (o a sentirlo).

El resultado de este análisis te mostrará el tipo de vida que el crítico pretende que vivas. Después, con tu decisión y tu libre albedrío de tu parte, elegirás si deseas seguirle el consejo, o vivir la vida tal como tu deseas.

Escrito por: Lic. Flavia Carrión

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